29Feb08

Nunca tuve menos ganas de postear en el blog que ahora. Señor WP me recuerda en esta misma ventana de redacción que tengo tres borradores tres. Esperan que les de forma, los modele, los pinte, aguarde a que se sequen y los publique. Me tienen fe, lo sé.

¿A ver qué dicen? Ahh, sí, otro post donde pongo al Tío Sam -no sé porqué razón esta vez-, uno con audio incluido y el último, el único que vale la pena, con todas impresiones cortitas que se me ocurrieron la última vez que fui a Boedo. El viaje es más o menos largo, 1 hora y media, y como siempre me olvido de llevar para leer me tengo que aguantar mis pensamientos hasta que me bajo.

No quiero que llegue más gente acá buscando la solución al aburrimiento. Yo no la tengo, ni creo que exista. Me aburro soberanamente y hablo de eso; bien patético. Leo blogs de gente que se queja de que no tiene ganas de hacer nada (pares, digamos) pero de forma graciosa, no como yo, y por eso los leo.

Juego a la generala virtual muchas veces más de lo recomendado por la Asociación Dermatológica Argentina (estos chistes tontos no son mi estilo, es el principio del fin) y saco fotos (malas, por supuesto). Cualquier cosa que me haga salir de mi casa me da fiaca. Ahora, como empiezan mis 7 días de indisposición estoy obligada a pisar la calle (la otra opción es usar algodón, pero eso no se hace desde hace por lo menos 40 años, si es que alguna vez se hizo). Lo bueno es que estando así indispuesta todavía no crucifiqué a nadie, lo que se dice autocontrol.

Paso a paso, pequeño saltamontes.

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